martes, 17 de marzo de 2015

RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN EL AULA

Un conflicto puede entenderse como una situación o circunstancia que implica un problema o una dificultad. Puede ser individual (con uno mismo) o social (intervienen varias partes). Lo habitual es que el conflicto produzca sentimientos negativos como incomodidad, mal humor, impotencia, etc. Y puede provocar enfrentamientos, situaciones de discrepancia y tensión.
Los conflictos también deben entenderse como una oportunidad de aprendizaje para aprender habilidades sociales y competencias de negociación, de empatía, respeto, negociación, escucha y toma de decisiones, entre otras. Por ello es fundamental aprovechar los conflictos que se les presenten a los más pequeños y utilizarlos para enseñarles a resolverlos de forma constructiva, a través del dialogo y la negociación.

¿Qué podemos hacer para enseñar a los niños/as a resolver conflictos?
Lo primero que debemos hacer como maestros es dar ejemplo de nuestro comportamiento, ya que los niños imitan nuestra manera de actuar. Si queremos que aprendan a resolver los conflictos sin gritos, golpes, rabietas y que lo hagan de manera respetuosa debemos hacer lo mismo.
Debemos favorecer la comunicación de los niños para que estos puedan expresar lo que sienten y su punto de vista de la situación, antes de que lleguen a los gritos y las rabietas.
Simular situaciones que se den en el entorno social del niño, podemos utilizar conflictos reales o inventarlos y enseñar diferentes maneras de poder solucionarlos. Explicando las formas correctas y las incorrectas de solucionar los conflictos.
Enseñarles las siguientes pautas  para que las interiorizaran y pudieran resolver los problemas de manera autónoma:
      -  Parar y calmarse
      -  Identificar el problema: ¿Qué ha pasado?
      -  Generar soluciones: ¿Qué podemos hacer?
      -  Evaluar las soluciones: ¿Qué decidimos hacer?
      -  Planear la puesta en práctica: ¿Cómo lo hacemos?

Es inevitable que en un aula de infantil se produzcan conflictos de diversos tipos, lo complicado es saber gestionarlos de modo creativo y positivo.
En la clase de 3 años en la que me encuentro he podido observar distintos tipos de conflictos y siempre han sido ocasionados por los mismos motivos.
    -  No compartir: dentro de este comportamiento lo que destaca es el no compartir los juguetes a la hora del juego. Siempre viene algún niño llorando porque otro no ha querido darle algún juguete con el que este quiere jugar, o también porque se los quitan los unos a los otros sin pedirle si le presta el juguete.
Una frase que siempre les dice el maestro es ‘‘Para ser feliz, lo mejor es compartir’’. Cuando nos viene algún niño llorando porque quiere algún juguete siempre preguntamos si se lo ha pedido a su compañero para que este se lo preste y por lo general no se lo piden, aquí les enseñamos que cuando quieren algo que tiene un compañero debemos pedírselo de buenas maneras y por lo general cuando lo hacen el compañero le presta el juguete. Cuando no lo hacen hacemos entender al niño que no presta los juguetes lo importante que es compartir con sus compañeros. Muchas veces se da este caso cuando juegan con la plastilina, ya que muchas veces alguno de los niños coge demasiada para él y alguno se queda sin ella, pero en esta situación hacemos entender al niño que tiene demasiada plastilina que todos tenemos que jugar con ella y no se la puede coger toda para él, y normalmente no hay ningún problema en que se la dé una vez le hemos explicado la situación.

     -   Pegar es otro de los conflictos que se dan en el aula. Cuando este conflicto aparece el maestro habla con los implicados y escucha las versiones de ambos. Una vez los ha escuchado le pregunta cómo sienten ante esa situación, si el problema no es nada grave deja que lo intenten resolver por ellos mismos pidiéndose perdón y dándose un beso y abrazo. Si el conflicto es algo más grave que no suele serlo lo soluciona el maestro.
Cuando surgen conflictos en el aula el maestro suele comentarlos en la asamblea para hacer participes a todos los niños y así puedan comprender las situaciones de conflictos y les enseña cómo poder resolverlos. En las asambleas también les explicamos lo que está bien y lo que está mal en cuanto al comportamiento en clase y con los demás. El buen comportamiento de los niños no es que estén perfectamente sentados en sus sillas y callados todo el día, sino que sepan llevar a cabo las normas de convivencia del aula.

El contexto dónde se producen más conflictos es en el patio, ahí surgen todo tipo de conflictos sobre todo por no compartir los juguetes que hay en el patio. Normalmente surgen conflictos por no prestar las pequeñas motos de juguetes que tienen, pero solamente hay unas pocas para las tres clases de 3 años y todos quieren jugar con ellas a la vez. También se producen conflictos por empujarse y en ocasiones porque alguno de los compañeros no quiere jugar con otro e intentan obligarle a jugar. 

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