Un conflicto puede
entenderse como una situación o circunstancia que implica un problema o una
dificultad. Puede ser individual (con uno mismo) o social (intervienen varias
partes). Lo habitual es que el conflicto produzca sentimientos negativos como
incomodidad, mal humor, impotencia, etc. Y puede provocar enfrentamientos,
situaciones de discrepancia y tensión.
Los conflictos también
deben entenderse como una oportunidad de aprendizaje para aprender habilidades
sociales y competencias de negociación, de empatía, respeto, negociación,
escucha y toma de decisiones, entre otras. Por ello es fundamental aprovechar
los conflictos que se les presenten a los más pequeños y utilizarlos para
enseñarles a resolverlos de forma constructiva, a través del dialogo y la
negociación.
¿Qué podemos
hacer para enseñar a los niños/as a resolver conflictos?
Lo primero que
debemos hacer como maestros es dar ejemplo de nuestro comportamiento, ya que
los niños imitan nuestra manera de actuar. Si queremos que aprendan a resolver
los conflictos sin gritos, golpes, rabietas y que lo hagan de manera respetuosa
debemos hacer lo mismo.
Debemos favorecer
la comunicación de los niños para que estos puedan expresar lo que sienten y su
punto de vista de la situación, antes de que lleguen a los gritos y las
rabietas.
Simular situaciones
que se den en el entorno social del niño, podemos utilizar conflictos reales o
inventarlos y enseñar diferentes maneras de poder solucionarlos. Explicando las
formas correctas y las incorrectas de solucionar los conflictos.
Enseñarles las
siguientes pautas para que las
interiorizaran y pudieran resolver los problemas de manera autónoma:
- Parar
y calmarse
- Identificar
el problema: ¿Qué ha pasado?
- Generar
soluciones: ¿Qué podemos hacer?
- Evaluar
las soluciones: ¿Qué decidimos hacer?
- Planear
la puesta en práctica: ¿Cómo lo hacemos?
Es inevitable
que en un aula de infantil se produzcan conflictos de diversos tipos, lo
complicado es saber gestionarlos de modo creativo y positivo.
En la clase
de 3 años en la que me encuentro he podido observar distintos tipos de
conflictos y siempre han sido ocasionados por los mismos motivos.
- No
compartir: dentro de este comportamiento lo que destaca es el no compartir los
juguetes a la hora del juego. Siempre viene algún niño llorando porque otro no
ha querido darle algún juguete con el que este quiere jugar, o también porque
se los quitan los unos a los otros sin pedirle si le presta el juguete.
Una
frase que siempre les dice el maestro es ‘‘Para ser feliz, lo mejor es
compartir’’. Cuando nos viene algún niño llorando porque quiere algún juguete
siempre preguntamos si se lo ha pedido a su compañero para que este se lo
preste y por lo general no se lo piden, aquí les enseñamos que cuando quieren
algo que tiene un compañero debemos pedírselo de buenas maneras y por lo
general cuando lo hacen el compañero le presta el juguete. Cuando no lo hacen
hacemos entender al niño que no presta los juguetes lo importante que es compartir
con sus compañeros. Muchas veces se da este caso cuando juegan con la
plastilina, ya que muchas veces alguno de los niños coge demasiada para él y
alguno se queda sin ella, pero en esta situación hacemos entender al niño que
tiene demasiada plastilina que todos tenemos que jugar con ella y no se la
puede coger toda para él, y normalmente no hay ningún problema en que se la dé
una vez le hemos explicado la situación.
- Pegar
es otro de los conflictos que se dan en el aula. Cuando este conflicto aparece
el maestro habla con los implicados y escucha las versiones de ambos. Una vez
los ha escuchado le pregunta cómo sienten ante esa situación, si el problema no
es nada grave deja que lo intenten resolver por ellos mismos pidiéndose perdón
y dándose un beso y abrazo. Si el conflicto es algo más grave que no suele
serlo lo soluciona el maestro.
Cuando surgen
conflictos en el aula el maestro suele comentarlos en la asamblea para hacer
participes a todos los niños y así puedan comprender las situaciones de
conflictos y les enseña cómo poder resolverlos. En las asambleas también les explicamos
lo que está bien y lo que está mal en cuanto al comportamiento en clase y con
los demás. El buen comportamiento de los niños no es que estén perfectamente
sentados en sus sillas y callados todo el día, sino que sepan llevar a cabo las
normas de convivencia del aula.
El contexto
dónde se producen más conflictos es en el patio, ahí surgen todo tipo de
conflictos sobre todo por no compartir los juguetes que hay en el patio.
Normalmente surgen conflictos por no prestar las pequeñas motos de juguetes que
tienen, pero solamente hay unas pocas para las tres clases de 3 años y todos
quieren jugar con ellas a la vez. También se producen conflictos por empujarse
y en ocasiones porque alguno de los compañeros no quiere jugar con otro e
intentan obligarle a jugar.